05 septiembre, 2013

ADICCIONES


Mis amigos
están preocupados
porqué dicen
que paso demasiadas horas
mirando el móvil.

No quiero ni pensar
como se pondrían
si supiesen
que estoy
leyendo poesía.

NO ESTÁ HECHO PARA LOS COBARDES

Elige al que te hiere
al que te grita
al que te trata como un
zapato de hace diez temporadas
al que no te deja librarte
del martillo de tus errores
al que te mira con deseo
sólo cuando se la chupas
al que el resto del tiempo
no es capaz ni de deletrear
la palabra deseo

elige al que te hace sentir idiota
al que lleva un reloj en el culo
y mide el tiempo al ritmo de sus pedos
al que te lleva al cine y al macdonalds
para una noche romántica
al que nunca te dejará
espacio, mejor,
así no tendrás que fijarte
en ti misma.

No te arriesgues lo más mínimo
en este asunto

que si encuentras a alguien que
te quiera de verdad
a ver que haces
cuando te deje.

TAN VALIENTE NO



A los 36 uno ya sólo escribe
como se desnuda
sin ningún miedo a mostrarse

(Pero esperando

que las arrugas
el pelo 
y los lunares
sólo sean
accesorios
del poema)

ÚLTIMOS DÍAS DEL VERANO


Hay una tragedia de color rojo
en los últimos dias del verano.

El atardecer rojo.
El aullido rojo.
La desesperanza roja
también.

El patriarca se ha levantado
y ha dicho:

Queda prohibido matar.
(Bajo pena de muerte)

07 mayo, 2013

TODA LA MAÑANA


Llevo
toda la mañana
leyendo el mismo
poema,
el mismo poema
Ieído mil veces
como si no existiese
otro
como si sólo se
hubiese escrito
un poema
en la historia

El mismo lenguaje
el mismo recodo
girado cien veces.

El mismo poema una y
otra vez. Una y otra
vez.

Un millón de poetas
en esta ciudad
y un solo poema:

No me dejes,
quiereme soy
un pobre diablo un
puto desgraciado
que solo sabe escribir
el mismo poema
mil veces.

ESE OLOR



Te acompaño en el sentimiento
lo siento
lamento tu pérdida
estoy aquí
para lo que necesites.

Pero no siempre es verdad.

Lo sientes.

su incomodidad

y tu olor a muerto.

QUE LA REBELDÍA SIEMPRE VUELVE


A ti,
que a las tres cervezas
te sientes viejo
y notas que tus ojos
ya no alarman a las mujeres
y que tu pelvis hace tiempo
que grita andamios.

A ti
que la luna te adormece
y se te empolvan
los cristales
de ver de lejos.

De repente

un día va

y se te mete en la cama
una de veinticinco.

Para poner las cosas en su sitio.

Para gritarle
bien fuerte
a tu cara de estúpido
la misma puta
lección de siempre.